Fin de semana intenso, visita a nuestro hijo en Barcelona, ciudad donde ha decidido independizarse.
Nosotros viajeros incansables, aprovechamos para hacer turismo y un poco de gatronomía.
Hemos decidido escaparnos a Figueres , ver su Museo Dalí y comer en Cal Músic.

Figueres, bonita y luminosa , su casco antiguo es precioso, limpio y cuidado y como no, lleno de turistas.
Con bastante calor y un poco de hambre nos fuimos a comer a Cal Músic.
Restaurante de Marc Joli. Nos gusto mucho, el personal muy agradable, bien servido, y el sitio estupendo. Recomiendo ir sin dudarlo.
La comida riquísima, moderna y muy buen producto. Marc Joli muy accesible, atendiendo personal mente, un poco tímido, ( un chico muy guapo).

volveremos.